Unidos para rescatar mascotas tras las inundaciones en Texas.

Durante el fin de semana del 4 de julio, cuando las aguas se desbordaron e inundaron Hill Country en Texas, todo cambió en un instante allí mismo, tanto para las personas como para sus mascotas.
Honey, un pequeño gatito de apenas diez semanas, con ojos color azul cielo y sonoros maullidos, no tenía ni idea de que estaba a punto de tener que abandonar el albergue y abordar un avión para dirigirse a un lugar seguro. Pero tan solo unos días después de que dejó de llover, este gatito llegó al Santuario de Best Friends, viajando cómodamente en un vuelo del grupo de pilotos voluntarios llamado Wings of Rescue.
Mientras bajaban la jaula transportadora del avión, Honey lanzó un maullido con todo el cuerpo, como diciendo: “Discúlpenme. He llegado”.
Y sí que había llegado, junto con otras 67 mascotas adoptables que estaban en albergues en Texas antes de que ocurrieran las inundaciones. El propósito de ese vuelo fue muy sencillo: que hubiera espacio para que las mascotas desplazadas por las inundaciones pudieran quedarse cerca de sus hogares, para que tuvieran más posibilidades de reunirse con sus familias.
Acciones rápidas y un apoyo continuo
El equipo de respuesta de Best Friends en caso de emergencias comenzó a trabajar con uno de sus antiguos socios, Austin Pets Alive! (APA, por sus siglas en inglés), a pocas horas de que ocurrieran las inundaciones. APA se movilizó rápidamente al condado de Kerr, una de las zonas que resultaron más afectadas, donde el albergue local estaba saturado y había sufrido la trágica pérdida de
varias mascotas. Best Friends comenzó a movilizar fondos, apoyo logístico y recursos para ayudar a sacar a las mascotas adoptables y dejar espacios libres para los esfuerzos de búsqueda, rescate y reunificación.
Para disminuir la presión sobre los albergues sobrepoblados en Texas, Best Friends coordinó y financió ese vuelo de emergencia, en colaboración con Wings of Rescue y Austin Pets Alive. De esta forma, fue posible transportar fuera de la zona del desastre a 127 perros y gatos que ya habían sido acogidos en los albergues y estaban disponibles para su adopción desde antes de las inundaciones: 59 de ellos fueron trasladados a albergues socios de Best Friends en el área de Fort Worth y 68 mascotas continuaron su viaje hacia el Santuario de Best Friends.
Desde entonces, gracias al financiamiento de más vuelos de emergencia, Best Friends ha ayudado a trasladar a cientos de mascotas adoptables fuera de las zonas afectadas y pronto saldrán más.
Bethany Heins, directora de programas de Best Friends, señaló lo siguiente: “Cada mascota que podemos sacar de Texas en este momento significa un espacio más para que una mascota desplazada por las inundaciones pueda quedarse por más tiempo y tenga una mayor posibilidad de reunirse con su familia. Esto es lo más importante que estamos haciendo en este momento”.

Colaboración y compasión
Además de trasladar a las mascotas fuera de esa zona, Best Friends está apoyando a diversas organizaciones con financiamiento y asistencia logística. Al respecto, Sophia Proler, directora de la región centro-sur de Best Friends, explicó lo siguiente: “Algunos albergues, como el de San Ángelo, ya estaban funcionando casi al doble de su capacidad antes de que esto sucediera. Otros no podían acceder a servicios básicos de atención médica porque las carreteras no eran seguras. Ni siquiera los veterinarios podían llegar hasta allí. Transportamos en avión a un veterinario para que preste ayuda hasta que los veterinarios locales puedan volver de forma segura”.
Los socios de la red de Best Friends están recibiendo estipendios para que se ayuden con los gastos incurridos al acoger a mascotas provenientes de esa zona, mientras que el personal está coordinando aspectos logísticos y suministros.
En el caso de las familias que perdieron sus hogares, pero no a sus mascotas, una guardería cercana ha abierto las puertas y está ofreciendo cuidados temporales a estas mascotas, mientras las personas a su cargo se recuperan. Best Friends está ayudando a financiar las estancias para así también contribuir a mantener a las familias unidas.
Sophia añadió que “existe la necesidad tanto dentro como fuera de los albergues. Y hay muchas cosas por las que sentirse tristes, pero también muchas otras por las que estamos agradecidos”.

A salvo y con miras al futuro
En el Santuario, Honey, ese gatito de ojos azules, no está solo. Entre los perros y los gatos que viajaron con él en avión para llegar a Utah se encuentran Homestar Runner y Trogdor, unos cachorros con orejas caídas que salieron de sus jaulas como si estuvieran
tarde para ir al recreo. Estos hermanos de camada, de cuatro meses de edad, tienen dos modalidades distintas de velocidad: turbo y siesta.
También estaban a bordo Sugar, una mamá gata tan suave como la seda, y su gatita Holly, que es una mezcla entre una dulzura total y una traviesa imparable. En un momento se acurruca junto a su mamá, pero poco tiempo después se lanza sobre un juguete con los ojos muy abiertos.
Son muy afortunadas, al igual que todas aquellas mascotas por las que las personas en Texas y en todo el país se han unido para cuidarlas, frente a este terrible desastre.
Sophia finalizó diciendo: “Esto de verdad ha afectado a muchas personas. Creo que la gente está contenta de saber que hay algo que se puede hacer, aun si es algo pequeño”.
